¿TURBULETAS O TURDETANOS, EN LA GUERRA DE SAGUNTO?
JOSÉ UROZ SAEZ
Universidad de Alicante
*(He copiado y pegado este artículo de José Uroz Sáez, porque lo ha dedicado al tema al que dedico esta página web, que es la ubicación real de los turdetanos o turbuletes, según las distintas interpretaciones de los autores romanos. Señalo con letras en amarillo las aclaraciones que hago yo sobre este artículo, que me parece bien encaminado, pero que tiene algunos aspectos que no ha tenido en cuenta según mis estudios. Javier Jordá)
Las causas de la segunda guerra púnica han producido una extensa bibliografía desde la Antigüedad y, sin embargo, no ha sido suficientemente aclarado un hecho importante en la conquista de Sagunto, cual es la utilización por Aníbal, en provecho propio, de un viejo contencioso entre la ciudad edetana y la vecina de los turbuletas, como señalan las fuentes.
Esta es una vieja cuestión, discutida al menos desde la Edad Moderna por autores (BEUTER, 1563; ESCOLANO, 1610; DIAGO, 1613; FLOREZ, 1860; COSTA, 1891 y 1892; MADOZ, 1845-50) que han ofrecido soluciones diversas, pero mayoritariamente indentificados con Apiano, llegando incluso a situar a Turba/Turbula en Torres-Torres o en Teruel, aunque hay otros que han apoyado el texto de Livio, con ligeras modificaciones.
LOS TEXTOS DE T. LIVIO
XXI, 6, 1:
«Cum Saguntinis bellum nondum erat, ceterum iam belli causa certamina cum finitimis serebantur, máxime Turdetanis».
Aún no había estallado la guerra contra Sagunto, pero ya se promovían conflictos con los pueblos vecinos, causa futura de la guerra, principalmente con los turdetanos.
*(Mi traducción del texto latino original: "Cuando la guerra de los saguntinos aún no existía; sin embargo ya la causa de la guerra estaba siendo la contienda con los vecinos, sobre todo con los turdetanos”.)
XXI, 12, 5:
«Postulabatur autem, redderent res Turdetanis traditoque omni auro atque argento egressi urbe cum singulis vestimentis ibi habitarent ubi Poenus iussisset».
Se les pedía, en cambio, que devolviesen a los turdetanos el botín y que, entregado todo el oro y la plata, saliendo de la ciudad con un vestido cada uno, habitasen allí donde el general cartaginés les ordenara.
*(Mi traducción del texto latino original: “Se pedía que devolvieran los bienes de los turdetanos y que entregaran todo el oro y la plata saliendo de la ciudad con sólo las ropas morando allí en donde los púnicos les ordenaran”)
XXIV, 42, 9-11:
«Cum tam prosperae res in Hispania essent, verecundia Romanos tándem cepit Saguntum oppidum, quae causa belli esset, octavum iam annum sub hostium potestate esse. Itaque id oppidum vi pulso praesidio Púnico receperunt cultoribusque antiquis quos ex iis vis reliquerat belli restituerunt; et Turdetanos, qui contraxerant eis cum Carthaginiensibus bellum, in potestatem redactos sub corona vendiderunt urbemque eorum deleverunt».
Al ver sus victorias en España, les dio vergüenza a los romanos haber dejado ocho años ya, en poder del enemigo, la ciudad de Sagunto, que fuera causa de esta guerra. Por ello, expulsando a la guarnición cartaginesa, recobraron la ciudad y la devolvieron a aquellos habitantes antiguos que habían escapado de
las desgracias de la guerra. Y a los turdetanos, que habían puesto en guerra a los saguntinos como los cartagineses, los sometieron, los vendieron como esclavos y arrasaron su ciudad.
*(Mi traducción del texto latino original: “Y los turdetanos, quienes pactaron la guerra con los cartagineses, fueron reducidos por la autoridad, se vendieron como esclavos y su ciudad fue destruida”) (Sólo la traducción que nombra turdetanos)
XXVIII, 39, 1-12:
«Tum Saguntinorum legatos in senatum introduxit. Ex eis maximus natu:
...P. et Cn. Cornelii... Iam omnium primum oppidum nobis restituerunt; per
omnem Hispaniam cives nostros venum datos, ... ex servitute in libertatem restituerunt...
Tum vero ad hoc retracti ex distantibus locis in sedem antiquam videbamur
ut iterum periremus et alterum excidium patriae videremus —nec ad perniciem
nostram Carthaginiensi utique aut duce aut exercitu opus esse: ab Turdulis nos
veterrimis hostibus, qui prioris quoque excidii causa nobis fuerant, exstingui
posse— cum ex insperato repente misistis nobis hunc P. Scipionem, ...; postremo Turdetaniam, adeo infestam nobis ut illa gente incolumi stare Saguntum
non posset, ita bello adflixit ut non modo nobis sed —absit verbo invidia— ne
posteris, quidem timenda nostris esset. Deletam urbem cernimus eorum quorum
in gratiam Saguntum deleverat Hannibal; vectigal ex agro eorum capimus quod
nobis non fructu iucundius est quam ultione».
Entonces introdujo ante el Senado a los legados de Sagunto. El de más edad dijo: ...Publio y Cneo Cornelio... ante todo nos restituyeron la ciudad, libraron de la servidumbre, devolviéndolos a la libertad a nuestros conciudadanos vendidos por toda España... Pero entonces parecía que habíamos sido sacados de
aquellos lugares lejanos y vueltos a nuestra antigua sede para perecer de nuevo y ver una segunda destrucción de la patria —y sin que fuera necesario ningún general o ejército cartaginés para consumar nuestra ruina: pues los Túrdulos, nuestros enemigos de siempre, que ya habían sido causa de nuestro primer desastre, podían aniquilarnos— cuando de repente, sin esperarlo nosotros, nos enviasteis este P. Escipión... Finalmente, en vista de que si quedaba incólume aquella odiada Turdetania no podía Sagunto subsistir, la derribó hasta dejarla incapaz de inspirar temor, no sólo a nosotros —séame permitido decirlo—, sino
también a nuestros descendientes. Vimos destruida aquella ciudad en consideración de la cual Aníbal destruyera Sagunto; recibimos de sus tierras un tributo para nosotros más precioso como venganza que como provecho.
*(Mi traducción del texto latino original:
a/ “por los túrdulos, nuestros antiguos enemigos, que siendo superiores y por esto fueron causa de nuestra perdición, tuvieron fuerza para destruirnos” (+/-))
b/”Por último, Turdetania, hasta tal punto hostiles a nosotros que aquella gente no podía mantenerse intacta, Sagunto no podía, fue devastada por la guerra para que no sólo nosotros, sino – lejos de la palabra odio – ni siquiera nuestros descendientes tuvieron temor, decidió que la ciudad fuera destruida en gratificación a Sagunto, destruida por Hannibal; fueron tomadas como tributo sus tierras, lo cual no es para nosotros fruto tan placentero como la venganza".)
*(A continuación, el autor, José Uroz no ha tenido en cuenta los párrafos del texto del libro de Tito Livio 33,26 y 33, 43 que yo considero relevantes e interesantes para poder ubicar geográficamente a estos turdetanos que estamos estudiando, y los añado a continuación)
(33,26)
[26] Praetores deinde prouincias sortiti, L. Apustius Fullo urbanam iurisdictionem, M'. Acilius Glabrio inter ciues et peregrinos, Q. Fabius Buteo Hispaniam ulteriorem, Q. Minucius Thermus citeriorem 196 a.C.
*(Mi traducción del texto latino original: [33.26] A continuación, los pretores sortearon sus provincias. Lucio Apustio Fulón obtuvo la pretura urbana y Marco Acilio Glabrión la peregrina. Quinto Fabio Buteo recibió la Hispania Ulterior y Quinto Minucio Termo la Citerior.
(33,43)
[43] par numerus peditum equitumque nouorum et P. Manlio in citeriorem Hispaniam decretus et legio eadem quae fuerat sub Q. Minucio praetore data
*(Mi traducción del texto latino original: (33,43) El mismo número de soldados de infantería y caballería se asignó a Publio Manlio, en la Hispania Citerior, y la legión que había servido bajo el pretor Quinto Minucio, le fue otorgada.
XXXIII, 44, 4:
«Mirantibus iam vulgo hominibus quod cum Hispania movisset bellum neglegerent, litterae a Q. Minucio adlatae sunt se ad Turbam oppidum cum Budare et Baesadine imperatoribus Hispanis signis collatis prospere pugnasse: duodecim milia hostium caesa, Budarem imperatorem captum, ceteros fusos fugatosque».
Cuando ya empezaba la gente a extrañarse de que no se preocupasen de la guerra en Hispania, se recibieron cartas de Q. Minucio según las cuales había combatido con buena fortuna con Budar y Besadines, generales hispanos, junto a la ciudad de Turba (el texto original latino de Tito livio escribe TURDAM , no Turba); doce mil enemigos había caído, el jefe Budar había sido apresado y el resto del ejército se había dispersado.
*(Mi traducción del texto latino original: 33,44) Ya se sorprendían los hombres en general de la negligencia en la guerra que estalló en Hispania. Una carta de Quinto Minucio citó hacia la ciudad de Turda (oppidum) cuando enfrentaron los estandartes con los generales hispanos Budar y Besadín, luchó con éxito: doce mil enemigos cayeron, el general Budar capturado, los otros diseminados y puestos en fuga.)
*(Todos estos párrafos 34,17 / 34/19 y 34,20, que he sacado yo de Tito Livio, Urbs Cóndita, no los tien en cuenta el autor, Uroz, y son también relevamtes para la ubicación de los turdetanos de Turda, y los turbuletes de Túrbula)
(34,17)
[17] Interim P. Manlius praetor exercitu uetere a Q. Minucio, cui successerat, accepto, adiuncto et Ap. Claudi Neronis ex ulteriore Hispania uetere item exercitu, in Turdetaniam proficiscitur. omnium Hispanorum maxime imbelles habentur Turdetani; freti tamen multitudine sua obuiam ierunt agmini Romano. eques immissus turbauit extemplo aciem eorum. pedestre proelium nullius ferme certaminis fuit: milites ueteres, periti hostium bellique, haud dubiam pugnam fecerunt. nec tamen ea pugna debellatum est: decem milia Celtiberum mercede Turduli conducunt alienisque armis parabant bellum. consul interim rebellione Bergistanorum ictus, ceteras quoque ciuitates ratus per occasionem idem facturas, arma omnibus cis Hiberum Hispanis adimit.
(34,17) Mientras tanto, el pretor Publio Manlio, con el veterano ejército de Quinto Minucio, a quien sucedió, recibió y añadió igualmente al veterano ejercito de Apio Claudio desde Hispania Ulterior, marchó para Turdetania. De todos los hispanos, los turdetanos eran los más ineptos para la guerra, sin embargo, confiados en su gran número, fueron al encuentro del ejército romano. La caballería fue enviada contra los agitadores, inmediatamente la tropa fue formada en orden de batalla. El combate a pie fue casi nulo en la batalla: los soldados veteranos, conocedores de las tácticas del enemigo no dejaron dudas en el combate. Aún así, aquella batalla no puso fín a la guerra. Diez mil celtíberos mercenarios y con armas extranjeras se dispusieron a la guerra. El cónsul, alarmado por la rebelión de los bergistanos, y como el resto de ciudades pensaría tener la misma oportunidad, eliminó el derecho de hacer armas a la parte de acá del Ebro.
(34,19)
[19] Difficilius bellum in Turdetania praetori P. Manlio Celti-.1 beri mercede exciti ab hostibus, sicut ante dictum est, faciebant; itaque eo consul accersitus litteris praetoris legiones duxit. ubi eo uenit, castra separatim Celtiberi et Turdetani habebant. cum Turdetanis extemplo leuia proelia incursantes in stationes eorum Romani facere semperque uictores ex quamuis temere coepto certamine abire. ad Celtiberos in conloquium tribunos militum ire consul atque iis trium condicionum electionem ferre iubet: primam, si transire ad Romanos uelint et duplex stipendium accipere quam quantum a Turdetanis pepigissent; alteram, si domos abire, publica fide accepta nihil eam rem noxiae futuram quod hostibus se Romanorum iunxissent; tertiam, si utique bellum placeat, diem locumque constituant ubi secum armis decernant. a Celtiberis dies ad consultandum petita. concilium immixtis Turdetanis habitum magno cum tumultu; eo minus decerni quicquam potuit. cum incerta bellum an pax cum Celtiberis essent, commeatus tamen haud secus quam in pace ex agris castellisque hostium Romani portabant, deni saepe munimenta eorum, uelut communi pacto commercio, priuatis indutiis ingredientes. consul ubi hostes ad pugnam elicere nequit, primum praedatum sub signis aliquot expeditas cohortes in agrum integrae regionis ducit, deinde audito Seguntiae Celtiberum omnes sarcinas impedimentaque relicta, eo pergit ducere ad oppugnandum. postquam nulla mouentur re, persoluto stipendio non suis modo sed etiam praetoris militibus relictoque omni exercitu in castris praetoris ipse cum septem cohortibus ad Hiberum est regressus.
(34,19) La difícil guerra en Turdetania del pretor Publio Manlio con los celtíberos mercenarios provocada por el enemigo, hizo que se diera la orden; por lo tanto el cónsul pidió en una carta a los pretores que condujeran las legiones. Cuando llegaron allí, estaban separados el campamento celtíbero y el turdetano. Entonces, los turdetanos inmediatamente se animaron a hacer incursiones de combate sobre los puestos avanzados (romanos) y siempre vencieron por mucho que se empeñaran en el combate. Para los celtíberos, el cónsul envió a una conferencia a los tribunos militares y ordenó ofrecer a aquellos tres condiciones a elegir: primera, pasarse a los romanos y doblar la paga que iban a recibir de los turdetanos; otra, marcharse a sus casas bajo garantías públicas de que no sufrirían represalias futuras por haberse unido a los enemigos de los romanos, tercera, si se decidían en cualquier caso por la guerra, fijar momento y lugar donde se pudiera decidir la cuestión por las armas. Los celtíberos pidieron un día para consultarlo. Sin embargo, al votar por ella, cualquier cosa podría pasar. Si bien la cuestión de la guerra o la paz con los celtíberos existía, sin embargo los romanos se llevaban suministros de los campos y pueblos del enemigo en tiempos de paz, de las fortificaciones del enemigo, mandando a escuadrones entrar en sus trincheras, como si hubiese un pacto de comercio, una tregua tácita. El cónsul no podía inducir al enemigo a combatir, envió algunas cohortes armados a la ligera en una expedición de saqueo por los campos, bajo la norma del premio del botín, los envió por toda la región. Después de escuchar a celtiberos de Seguntia que todos los pertrechos y el equipaje se quedaron atrás, procedió al asalto. Después de que ninguno se moviese, y que el salario no pudiese pagarse incluso a los soldados del pretor, dejó todo su ejército en el castro del pretor, y con siete cohortes regresó hacia el Ebro
(34,20)
[20] Ea tam exigua manu oppida aliquot cepit. defecere ad eum Sedetani Ausetani Suessetani. Lacetanos, deuiam et siluestrem gentem, cum insita feritas continebat in armis, tum conscientia, dum consul exercitusque Turdulo bello esset occupatus, depopulatorum subitis incursionibus sociorum. igitur ad oppidum eorum oppugnandum consul ducit non Romanas modo cohortes sed iuuentutem etiam merito infensorum iis sociorum
(34,20) Por tan exiguo ataque para apoderarse de la ciudad, se ofreció para los sedetanos, ausetanos y suessetanos. Los lacetanos, gentes insensatas y salvajes, que se mantenían unidos con su insensata ferocidad por las armas, conscientes entonces de que, mientras el cónsul y su ejército estaban ocupados en la guerra de los túrdulos, devastaron con incursiones imprevistas a sus aliados. Así pues, hacia la ciudad que fue asediada por el cónsul, hizo llevar no sólo a las cohortes romanas, sino también a jóvenes guerreros que fueron a la invasión como los aliados.
Los argumentos de quienes apoyan y defienden los textos de Livio se pueden sintetizar y estructurar así: descalificación de Apiano como autor fuente; todos los habitantes al sur del Júcar son turdetanos; puede tratarse de un grupo de turdetanos expulsados del mediodía y asentados al sur de Castellón; y, por último, que los enemigos de Sagunto fueran bastetanos, vecinos de los edetanos, para lo cual en esta época (s. III) no deberían existir aún los contéstanos. *(Yo defiendo los textos de Tito Livio, pero también los de Apiano, Polibio
1) Descalificación de Apiano
Un argumento que se esgrime con frecuencia es el de que debe preferirse el texto de Livio al de Apiano, porque éste comete errores en materia de nombres geográficos y étnicos: confunde Baécula y Bética, degenera Carmonem en Carbonem o Narbonem, Contrebia en Complegan (VALLEJO, 1943, p. 154, y
1946, pp. XIX-XX). Sin embargo, esta opinión debe matizarse convenientemente, pues no es
precisamente Livio un autor que destaque por sus precisiones, libre de faltas (ANDRE-HUS, 1975). Por citar algunas, en el libro XXI establece la caída de Sagunto en el año 218 a. C. En realidad, no se trataría de un error involuntario, sino un falseamiento intencionado por motivos políticos (KLOTZ, 1941) para poder justificar la carencia de auxilio romano a la ciudad aliada hasta esa fecha, o bien un arreglo del texto a consecuencia de haberse tropezado con una contradicción (VALLEJO, 1943, p. 150). Confunde la fecha exacta de la celebración de los primeros juegos de Megalesia: en XXXIV, 54, 3 la atribuye al año 194, y en cambio en XXXVI, 36 afirma que el suceso se produjo en 191. La narración liviana (XXII, 20, 3) de las acciones romanas al sur del Ebro en el 217 antes de la llegada de Publio Escipión se tiene por pura fantasía (ROLDAN, 1978, p. 39; KAHRSTEDT, 1913, p. 457; DE SANCTIS, 1916, p. 247). Confusión de Livio es la propia mención de turdetanos en estos pasajes analizados (UKERT, 1821, p. 308; ROESINGER, 1864, p. 5; BOSCH GIMPERA-AGUADO BLEYE, 1962, pp. 14-15), que puede deberse a su desinterés en estudiar los lugares que describe así como a una falta de análisis riguroso y comparativo de sus fuentes de información, lo que le hace caer en contradicción en no pocas ocasiones (ANDRE-HUS, 1975, pp. 91 y ss.). Incluso se ha llegado a afirmar (VALLEJO, 1943, pp. 162 y 168; ídem, 1946, p. XXV) que la intervención de los turdetanos en el conflicto de Sagunto no es más que una invención, bien total, bien limitada a la elección del nombre. *(La descalificación de Apiano no es tal, sino más bien es un pequeño texto acerca de los turbuletes que aporta al estudio de la localización de los de Turda. Eso si, la interpretación de Apiano debe tener dos consideraciones, una que es posterior a Polibio II a.C y a Tito Livio I a.C., y segunda que tan sólo aparece los turbuletes en un único párrafo de su "Historia de Roma", y con una única palabra denominándolos". Tito Livio, sin embargo, los nombra innumerables veces, y basa sus fuentes sobre todo en Polibio, quien vivió prácticamente poco después de la victoria de Roma en la 2ª Guerra Púnica en Hispania, siendo su propia fuente directa)
2) Los turdetanos se extienden hasta el Júcar
Es opinión de los defensores de tal teoría que desde el Júcar hasta Lusitania, Roma no encontró más enemigo que los turdetanos; ni los oretanos ni bastetanos tienen significación histórica o arqueológica (VALLEJO, 1943, pp. 161 y 164; ídem, 1946, pp. XXII-XXIV). Para VENTURA (1972, p. 2), el Júcar
(que sería el río Ibero) es el límite norte de los turdetanos; este río separó el territorio de los turdetanos (al S.) de los edetanos (al N.). Las palabras «Turdetania» y «turdetanos» se emplean en sentido amplio para designar a toda la gente no ibera del sureste y del sur de Hispania; el SE. interior se caracteriza por habitarlo una población no ibera y con acentuadas notas turdetanas, y al mismo tiempo, sin verdadera personalidad guerrera o política (VAL LE JO, 1943, p. 167); ídem, 1946, p. XXIX). Efectivamente, el turdetano fue un pueblo importante, pero no hasta el extremo de quererlo hacer llegar hasta el Júcar, cuando sabemos que sólo ocupaba una amplia franja a lo largo del curso medio y bajo del Guadalquivir. Actualmente no se puede mantener ni un solo punto de esta tesis, que no merece más comentarios, pues ignora totalmente la existencia de los contestanos, bien conocidos ya (LLOBREGAT, 1972; UROZ, 1981). De la significación
histórica o arqueológica de los oretanos y bastetanos bástenos tan sólo con citar a Cástulo (BLAZQUEZ, 1975 y 1979; BLAZQUEZ-VALIENTE, 1981), Oreto (NIETO-SANCHEZ MESEGUER, 1980; CONTRERAS, 67-71) y el yacimiento que ha proporcionado la excepcional Dama de Baza (PRESEDO, 1973), además de las noticias trasmitidas por las fuentes. Los turdetanos meridionales no pudieron ser los enemigos de Sagunto, como ya observó ROESINGER (1864), quien además niega que se llamara Turdetania la nación rival de los saguntinos *(Esta es la consideración más relevante y definitiva para considerar distintos a los turdetanos del sur de Ptlomeo S II d.C, y a los turdetanos del noreste del resto de autores crecanos al S I a.C. como Polibio, Apiano y Tito Livio). Al margen de estas consideraciones, la lógica y razón se oponen a quienes argumentan en favor de Livio. Por mucho que se quiera estirar a los turdetanos, no pueden llegar hasta el Palancia; y en esto son categóricas las fuentes, incluso Livio: son gentes vecinas de Sagunto. Además, cualquier enemigo que venga desde el sur para enfrentarse con Sagunto ha de atravesar todo el territorio edetano (UROZ, 1980). No se entiende tampoco que los saguntinos hubieran ido a Andalucía a combatir y coger botín a los turdetanos en los momentos anteriores a su cerco por Aníbal, cuando los bárkidas dominaban ya toda la región, porque se tendrían que haber enfrentado también a éstos. Si los enemigos de Sagunto fueran los turdetanos del mediodía, ellos solos hubieran podido aplastar a la ciudad levantina, sin necesitar la mediación de Aníbal. Tampoco se entiende que una sola ciudad, Sagunto, pudiera tener como tributario al gran pueblo turdetano (sobre todo si era tan importante que llegaba hasta el Júcar), ni que los turdetanos y saguntinos fueran «enemigos de siempre», pues no tenían intereses comunes o contrapuestos y mediaban entre ellos las tribus bastetana, oretana, contestana y edetana. Sin duda alguna, este pueblo enemigo de Sagunto vivía en una ciudad (que Livio equivocadamente denomina Turdetania y Turda/Turba), *(Opino que, no es que Livio se equivocara, sino que adquirió información de fuentes variadas históricas que vivieron en directo aquellos momentos, y que tuvo que reunificar en su obra)
destruida la cual por Escipión se terminó el problema para Sagunto (Livio, XXVIII, 39), y esto no puede encajar con los turdetanos, que poseían muchas ciudades *(cierto). A la identificación de los turdetanos livianos con los turdetanos clásicos se oponen los mismos textos de Livio:
XXI, 6, 1:
«...cum Saguntinis bellum nondum erat, ceterum iam belli causa certamina cum finitimis serebantur».
XXI, 12, 5:
«...Postulabatur autem (Saguntinis), redderent res Turdetanis».
XXIV, 42, 11:
«...et Turdetanos, qui contraxerant eis cum Carthaginiensibus bellum, in potestatem redados sub corona vendiderunt urbemque eorum deleverunt».
XXVIII, 39, 8:
«...ab Turdulis nos veterrimis hostibus, qui prioris quoque excidii causa nobis fuerant...» XXVIII, 39, 11:
«...postremo Trudetaniam, adeo infestam nobis ut illa gente incolumi stare Saguntum non posset, ita bello adflixit (Escipión) ut non modo nobis sed —absit verbo invidia— ne posteris quidem timenda nostris
esset».
XXVIII, 39, 12:
«Deletam urbem cernimus eorum quorum in gratiam Saguntum deleverat Hannibal; vectigal ex agro eorum capimus quod nobis non fructu iucundius est
quam ultione».
Es decir, en Livio:
a) los enemigos de Sagunto son pueblos vecinos
b) los saguntinos habían cogido botín a los turdetanos
c) turdetanos y saguntinos habían sido siempre enemigos
d) Sagunto sólo podía subsistir si se destruía la ciudad enemiga
e) después de la destrucción, sus tierras pagaron un tributo a Sagunto
0 los turdetanos fueron la causa de la guerra entre Cartago y Sagunto
g) los romanos arrasaron su única ciudad y los vendieron como esclavos
Evidentemente, no se puede referir a los turdetanos del sur.
3) Un grupo de turdetanos asentados al sur de Castellón
Ya a principios del siglo XVII el P. DIAGO (1613, t. I, pp. 92-3) propugnaba que la Turdetania que se menciona en los textos livianos no se refería a la de Andalucía, pues en su opinión la capital de estos Turdetanos estuvo en TorresTorres, nombre actual de la antigua Turdetania. A finales del XIX, J. COSTA (1895, p. 143 y ss.), a quien seguieron SARTHOU CARRERES (s. a., p. 704), M. PERIS (1922, p. 356) y VALLEJO (1943, .164-5) mantenía y desarrollaba la teoría en estos términos: un grupo de turdetanos del Guadalquivir, expulsados por los gaditanos y cartagineses, se instala al sur de la Plana de Castellón; la capital de la Turdetania debería estar en Onda, y se extiende por Segorbe, Viver, Jerica, Begis, Burriana, Almazora y Lucena; el río Palancia se llamó Baetis en época iberromana, y de ahí se originó Bejís, nombre dado por los árabes al nacimiento del río. Pero nada hace pensar que fueran iberos los enemigos de Sagunto, más bien parece tratarse de gentes celtíberas. En el año 219 Aníbal domina a los carpetanos, olcades, edetanos, sin traspasar todavía el Palancia. Y conocemos por Polibio (III, 17, 2) que Sagunto alcanza por el Oeste hasta territorio Celtíbero.
La identificación Baetis-Palancia no se puede mantener, y mucho menos la ubicación de unas gentes al norte de Sagunto, pues sabemos por las fuentes (Plinio III, 20) que los edetanos en este lugar limitan directamente con los ilercavones. Una Turdetania que dominara desde Almanzora a Viver sería incluso más extensa que el Municipium Saguntinum (F. BELTRAN, 1980). Es asimismo difícil de creer que Livio se refiera dentro del mismo libro a dos pueblos distintos, pero del mismo nombre, sin avisar nunca tan curiosa particularidad. Por lo tanto, habrá que valorar convenientemente la tesis que propugna (BAYERRI, 1948), leer Turolani, Turbitanos, Turbetanos, Turbuli, en vez de Turdetani, Turditanos, Turdetanos y Turduli respectivamente. O quizás aceptar que la intervención de los turdetanos es una simple invención de una fuente anterior a Livio, o yerro de éste (GROAG, 1929). *(Al lanzar la flecha de la ubicación de Túrbula y Turba/Turda, en el S XVI, cea en la diana, pero no en el centro, porque hay que considerar otros muchos factores, sobre todo de fuentes geográficas históricas y arqueológicas, para acertar plenamente. Hay mucho lugares vecinos de Saguntum, pero menos que reúnan las características necesarias. Según el mapa de Ptolomeo S II d.C., Túrbula es una ciudad bastitani, y estas están situadas al sur del Sistema Ibérico (Mons Idubeda), es decir, al sur de la provincia de Castellón. Según mis estudios, Javier Jordá)
4) Turbula, ciudad bastetana
En reciente publicación, BELTRAN Y SANCHO (1979, p. 311) expresaban la posibilidad de que siendo bastetanos los turboletas, al no tener constancia de los contéstanos en el siglo III, bastetanos y edetanos fueran vecinos; los bastetanos se extenderían más al norte, y esto explicaría la denominación de turduli o
turdetani de Livio, pues en esta época debería de haber cierta confusión entre éstos y los bastetanos.
Es cierto que Ptolomeo cita a Turbula como ciudad bastetana, pero no lo es menos que por las coordenadas geográficas que da hay que situarla al NO. de Sagunto, y hasta allí no se les puede hacer llegar a los bastetanos de ningún modo *(Según las coordenadas de Ptolomeo, Túrbula está al sur del Sistema Ibérico, por lo tanto no está al NO de Sagunto, sino al oeste o suroeste. Javier Jordá). Sería más fácil de creer que Ptolomeo, o sus copistas, por error, la colocara *(Si nos basaramos en que si nuestras teorías dicen que Túrbula u otras urbes se ubican en un lugar distinto al que proporciona Ptolomeo porque él está equivocado, las fuentes históricas no servirían para nada. Es más, si comparamos otras ciudades limítrofes con otros documentos geográficos romanos como el itinerario de Antonino, o el itinrerio Gaditanum o de Ravena, se puede comprobar la correcta ubicación de esas ciudades en la zona norte de la Bastetania)
en otra tribu distinta. Confusiones semejantes no son infrecuentes en dicho autor: sitúa a Valentía entre los contéstanos, Dianium entre las ciudades edetanas al N. de Sagunto, a Lucentum en la Bastetania al S. de Cartago Nova; igual ocurre fuera de Hispania (BARRUOL, 1969). Tito Livio denomina indistintamente turdetanos o turdulos, pero en modo alguno los confunde con los bastetanos (XXXVII, 46, 7). Es obvio que se trate de pueblos distintos. Por otra parte, no se puede cuestionar la existencia de los contéstanos por el
simple hecho de que son mencionados en fuentes tardías (Plinio III, 19; Ptolomeo II, 6, 14 y II, 6, 62) como ya ha quedado demostrado (LLOBREGAT, 1972; UROZ, 1981); en todo caso, son las mismas fuentes que utilizamos para estudiar la mayoría de los pueblos prerromanos. Y, en fin, no hay que perder de
vista que no estamos ante un conflicto entre turdetanos y edetanos, o edetanosbastetanos, sino'entre la ciudad de Sagunto y otra ciudad vecina, por intereses económicos comunes probablemente. *(La identificación de regiones indígenas como Bastetania, Contestania o Edetania, no deja de ser correcta o incorrecta 100%, sino que es interpretable, como explico en mis artículos. Más bien se nombra en Ptolomeo S II d.C. como ciudades "bastitani", es decir "de los batitanos", considerando los romanos de esa época S II d:C que Basti (junto a la actual Baza-GR) era la "caput" de todas estas ciudades, es decir "la ciudad más alejada de Roma de todas estas ciudades que Roma interpretaba en un cuadrante, cuyas característicac consideraba similares que no iguales ni que fueran una entidad política indígena ni romana")
EL TEXTO DE APIANO
Sobre Iberia, 10: «Convenció (Aníbal) a los turbuletas, que eran vecinos de los saguntinos, de que se le quejasen de que éstos les devastaban los campos y les infligían otros muchos ultrajes, y obedecieron ellos. Entonces, Aníbal envió unos embajadores de éstos a Cartago... hasta que el Senado le autorizó a que actuase con los saguntinos del modo que juzgara oportuno. Así, tan pronto como tuvo ocasión, hizo que los turbuletas se presentasen ante él de nuevo con quejas de los saguntinos, y mandó venir embajadores de éstos. Llegaron los embajadores saguntinos y, al pedirles Aníbal que cada uno expusiera en su presencia las
causas de sus diferencias, éstos contestaron que remitirían el juicio a Roma».
Esta fuente se encuentra apoyada por Ptolomeo que, como ya vimos, menciona la ciudad de Turbula (II, 6, 60) al NO. de Sagunto. *(Ptolomeo no sitúa Túrbula al NO se Saguntum, sino al sur de Mons Idubeda (Sistema Ibérico) y al oeste de Mons Orospeda (Sistema Bético), es decir al SO u oeste de Saguntum)
También Livio cita dicha ciudad (XXXIII, 44, 4), aunque bajo la forma Turdam y Turbam. La grafía Turdam aparece en el «codex Bambergensis», del siglo XI, mientras que la forma Turbam lo hace en un códice atribuido al siglo IX, editado en Maguncia en 1519, hoy perdido, y que contenía el texto de los
libros XXXIII, 17, 6 a XL. Como Turbam se nos presenta en las ediciones muy pulcras y revisadas de Nicholae Carbachius. Se desconoce la situación exacta de la ciudad, pero debió estar sin duda en la Hispania Citerior (FATAS, 1973, pp. 141-2). La Turbula ptolemaica y la Turba de Livio son para SCHULTEN (1935,
p. 28) la misma ciudad.
En ayuda de Apiano vienen también los pasajes de Polibio III, 15, 8:
... Ttpó<; Se KapXT !^ o v ^ oui:; SLSTTÉ^TTETO Truv8avó^svo<; xC Sst TTOLELV SXI ZotKavSaTtn mcrrEÚovT£<; xrj "Pco^iaíav au(iy.a)(íci: x ivdcc; TÓ » S *(es griego, no se transcribe en esta web)
y de Zonaras 9, 3, 8: . .,
' ' 01 os Xicmí<2v£<; xoíic ; xS u Z a ¡CU V 3TtoXsjiOi! tesl xf[c; av\¡.TtóXuj¡J.a KaxécTKa^ocv ¡cal xoiiq &v8p<ímou«; sTT<áXr)aav Kod xr¡v Ziicuv -9 o v jisxá xoOxo Ko^iaii^gvoi. xot<; ap^aíou ; rcoXÍTait; ánéSoaav. *(griego)
e incluso los mismos de Livio ya citados, interpretados correctamente.
Sin entrar en la discusión de las causas de la Segunda Guerra Púnica (Apiano, Iber. 8-9; Polibio, III, 6-9) y aun dando por supuesto que el tratado del Ebro dejaba las manos libres a Cartago para anexionarse Sagunto, es incuestionable que Aníbal en aquellas circunstancias prefiere no tomar la iniciativa en la ruptura de la paz y maniobra ante el senado cartaginés para buscar la excusa que le obligue a intervenir ante la ciudad edetana, y el motivo lo halla en el contencioso fronterizo existente desde antiguo entre Sagunto y una ciudad vecina, perteneciente a los turbuletas, situada en el mismo valle del Palancia en opinión de
P. BELTRAN (1959).
LOS TURBULETAS
Los turboletas, que son los turones o turos (ALMAGRO BASCH, 1977) que se mencionan en las inscripciones celtibéricas de Peñalba de Villastar (UNTERMANN, 1977), representan para BOSCH GIMPERA (1956-57, p. 132) la dislocación de un pueblo importante perteneciente al penúltimo contingente de los celtas llegados al centro de España y dispersado por los belgas, recluyéndose en torno a la región de Teruel, extendiéndose hacia la costa mediterránea, buscando la salida al mar. Limitarían con los edetanos en la sierra de Javalambre, pero este límite fue desbordado repetidas veces por los turboletas que desde Teruel invadieron por el camino de Sarrión y El Toro el valle del Palancia, donde el nombre céltico de Segorbe (Segóbriga: fortaleza de la victoria) y quien sabe si el mismo Sagunto (de la raíz seg-, victoria), parece indicar un dominio más o menos prolongado. Los edetanos, sin embargo, se sobrepusieron a estas infiltraciones, aunque se repitieron hasta los tiempos de las guerras púnicas en que el pretexto de la intervención de Aníbal en Sagunto parece haber sido las luchas de los saguntinos con los turboletas invasores (BOSCH, 1932, pp. 551-2; ídem,
1939, p. 89; ídem, 1944, p. 129; ídem, 1948, p. 85; ídem, 1950-51 y 52-53, p. 124; ídem, 1953, pp. 187-193).
La frontera en el Alto Palancia se admite (ALMAGRO BASCH, 1965; FATAS, 1973, p. 56; ROLDAN, 1978, p. 291) pero Segóbriga (Plinio III, 25; XXXVI, 160; Estrabón III, 4, 13; Frontino, 3, 10, 6; 3, 11, 4) no puede identificarse con Segorbe (P. BELTRAN, 1953; FERNANDEZ NIETO, 1968-69; GARCÍA Y BELLIDO, 1977) y la urna hallada en Arañuel, testimonio para BOSCH (1915-20, p. 625; 1924; 1932, pp. 372-3 y 495; 1953, pp. 187-193) de la penetración celta-turboleta en el valle del Palancia, no es tal, sino ibérica (FLETCHER, 1964; JULLY-NORDSTROM, 1966).
Sin embargo, no se ha impugnado la vinculación con la raíz seg- céltica de Sagunto y Segorbe, ni tampoco las relaciones con el mundo céltico peninsular del sufijo -nt (HUSBSCHMID, 1960; ESTEVE, 1978; KRAHE, 1954; UNTERMANN, 1963), presente en Saguntum y Palantia, aunque la identificación de éste con el Palancia resulte problemática. Y por otra parte, recientemente se han publicado (MATA, 1978) unos materiales procedentes de Arañuel cuya vinculación céltica no ofrece dudas. Además de éstos, aparecen en la zona elementos característicos de la cultura material indoeuropea: en Sagunto, cerámica excisa o con decoración de acanalados (ALMAGRO GORBEA, 1977; ídem, 1979); en la Peña de las Majadas
(El Toro), cerámica céltica de la primera Edad del Hierro decorada con incisiones y triángulos excisos (SARRION, 1978) junto a material ibérico y alguna moneda celtibérica. Urnas de cuerpo esferoidal, semejantes a las de Boverot, ollas decoradas con cordones digitados, a veces con fuerte carena, fíbulas de doble resorte, cerámica de superficie espatulada y decoración incisa, y otras semejantes a las del Bajo Aragón ha prospectado SARRION (1975) en los yacimientos cercanos de Cueva Honda (Cirat), Cueva del Mojón Terrer (Montan) y Monte del Calvario (Montan), donde existe un poblado y una necrópolis.
La lingüística también ofrece ejemplos del dominio celtibérico en el valle del Palancia y sus proximidades. Recientemente ha sido publicada una inscripción (ARASA, 1977) latina hallada en Algimia de Almonacid: ASTEDUMAE / /l(NNORUM) LXXX HSE. Es un nombre de mujer indígena latinizado. ALBERTOS (1966, p. 38) relaciona este radical AST- con los vocablos indoeuropeos «AST(H)» (= duro); además la «m» intervocálica es rara en la onomástica ibérica, aunque es corriente en Enserune, en la lengua gala y en nombres ligures. Recuerdo de su pasado céltico son topónimos como Berro, que deriva de «beruron» (LAFUENTE, 1973), y que permanece en Fuente del Berro (Arcos de las Salinas y Altura), o como El Hito (Albentosa). En relación con este avance celtíbero hacia el Mediterráneo hay que explicarse la existencia en Sagunto de un magistrado llamado Biulacos, nombre de incuestionable procedencia indoeuropea, sin relación en el contexto saguntino (UNTERMANN, 1963, p. 186).
Cuestión no menos interesante es la posible persistencia de la frontera turboleta-edetana en la línea de delimitación de las zonas de habla castellana y valenciana (BOSCH, 1953, pp. 192-3), así como la etimología de Teruel, cuya evolución ha debido ser Teruel—Terolus—Torolus—Turolus (VENTURA, 1972,
pp. 94-99), denominación antigua recogida en Rodrigo Jiménez de Rada (1170-1247), y que se compone del sufijo diminutivo latino -olus, y la raíz Tur-, indoeuropea para algunos (PALOMAR, 1957; ALBERTOS, 1966, pp. 236-240) y preindoeuropea para otros (FLETCHER, 1962). La identificación de Turba con la ciudad de Teruel, como se ha pretendido (CARCOPINO, 1968; ETIENNE, 1974), es en cambio menos defendible, resulta demasiado alejada de Sagunto. Todavía más difícil aún resulta poder diseñar los límites, siquiera aproximados, de estas gentes a fines del siglo III a. C , que deben aguardar a que dispongamos de un más preciso conocimiento, principalmente arqueológico, de la zona, labor que se ha iniciado ya. *(La identificación toponímica con similitudes de letras o sílabas no muy claras para identificar una urbe antigua, es muy arriesgada, por no decir infantiloide)
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