Textos de Turba en Tito Livio y mi traducción. Javier Jordá Sánchez

29.12.2016 22:30

*(Letra amarilla=otras traducciones populares. Fondo rojo=párrafo correspondiente en latín. Fondo verde=mi traducción propia del latín. Letra blanca=párrafos coaligados o explicativos)

[21.6] Las semillas de la disputa estaban siendo sembradas entre sus vecinos, sobre todo entre los turdetanos.

([6] Cum Saguntinis bellum nondum erat; ceterum iam belli causa certamina cum finitimis serebantur, maxime Turdetanis. Quibus cum adesset idem qui litis erat sator, nec certamen iuris sed uim quaeri appareret, legati a Saguntinis Romam missi auxilium ad bellum iam haud dubie imminens orantes.)

(6)Cuando la guerra de los saguntinos aún no existía; sin embargo ya la causa de la guerra estaba siendo la contienda con los vecinos, sobre todo con los turdetanos.

[21.12]… . Las condiciones consistían en que restituyesen sus propiedades a los turdetanos, que entregasen todo el oro y la plata y que los habitantes saliesen con una sola prenda de ropa y morasen donde los cartagineses les ordenaran.

(Postulabatur autem, redderent res Turdetanis traditoque omni auro atque argento egressi urbe cum singulis uestimentis ibi habitarent ubi Poenus iussisset.)

Se pedía que devolvieran los bienes de los turdetanos y que entregaran todo el oro y la plata saliendo de la ciudad con sólo las ropas morando allí en donde los púnicos les ordenaran

[24.42]… Los turdetanos, que habían provocado la guerra entre Sagunto y Cartago, fueron reducidos a la sumisión y vendidos como esclavos; su ciudad fue completamente destruida.

et Turdetanos, qui contraxerant eis cum Carthaginiensibus bellum, in potestatem redactos sub corona uendiderunt urbemque eorum deleuerunt.)

Y los turdetanos, quienes pactaron la guerra con los cartagineses, fueron reducidos por la autoridad, se vendieron como esclavos y su ciudad fue destruida

205 a.C. [28.39]

…. los túrdulos, nuestros inveterados enemigos que habían sido la causa de nuestro anterior colapso, se bastaban para destruirnos

ab Turdulis nos ueterrimis hostibus, qui prioris quoque excidii causa nobis fuerant, exstingui posse

  “por los túrdulos, nuestros antiguos enemigos, que siendo superiores y por esto fueron causa de nuestra perdición, tuvieron fuerza para destruirnos” (+/-)

  Y, por último, a los turdetanos, tan mortales enemigos nuestros que de haber mantenido intactas sus fuerzas Sagunto no hubiera podido subsistir, les derrotó con una guerra hasta el punto de que ya no les tememos nosotros ni, casi me atrevo a decir, nuestros descendientes. La tribu en cuyo favor Aníbal destruyó Sagunto, ha visto la suya propia destruida ante nuestros ojos. Recibimos tributos de sus tierras, que nos gusta menos por la ganancia que por la venganza.

(28,39)

postremo Turdetaniam, adeo infestam nobis ut illa gente incolumi stare Saguntum non posset, ita bello adflixit ut non modo nobis sed—absit uerbo inuidia—ne posteris quidem timenda nostris esset. deletam urbem cernimus eorum quorum in gratiam Saguntum deleuerat Hannibal; uectigal ex agro eorum capimus quod nobis non fructu iucundius est quam ultione.

(28,39) ”Por último, Turdetania, hasta tal punto hostiles a nosotros que aquella gente no podía mantenerse intacta, Sagunto no podía, fue devastada por la guerra para que no sólo nosotros, sino – lejos de la palabra odio – ni siquiera nuestros descendientes tuvieron temor, se decidió que la ciudad fuera destruida en gratificación a Sagunto, destruida por Hannibal; fueron tomadas como tributo sus tierras, lo cual no es para nosotros fruto tan placentero como la venganza".

(33,26)

[26] Praetores deinde prouincias sortiti, L. Apustius Fullo urbanam iurisdictionem, M'. Acilius Glabrio inter ciues et peregrinos, Q. Fabius Buteo Hispaniam ulteriorem, Q. Minucius Thermus citeriorem 196 a.C.

[33.26] A continuación, los pretores sortearon sus provincias. Lucio Apustio Fulón obtuvo la pretura urbana y Marco Acilio Glabrión la peregrina. Quinto Fabio Buteo recibió la Hispania Ulterior y Quinto Minucio Termo la Citerior.

(33,43)

[43] par numerus peditum equitumque nouorum et P. Manlio in citeriorem Hispaniam decretus et legio eadem quae fuerat sub Q. Minucio praetore data

(33,43) El mismo número de soldados de infantería y caballería se asignó a Publio Manlio, en la Hispania Citerior, y la legión que había servido bajo el pretor Quinto Minucio, le fue otorgada.

(33,44)

[44] Mirantibus iam uolgo hominibus quod Hispania mouisset bellum neglegi, litterae a Q. Minucio allatae sunt se ad Turdam oppidum cum Budare et Baesadine imperatoribus Hispanis signis conlatis prospere pugnasse: duodecim milia hostium caesa, Budarem imperatorem captum, ceteros fusos fugatosque. his litteris lectis minus terroris ab Hispanis erat, unde ingens bellum expectatum fuerat.

(33,44) Ya se sorprendían los hombres en general de la negligencia en la guerra que estalló en Hispania. Una carta de Quinto Minucio citó hacia la ciudad de Turda (oppidum) cuando enfrentaron los estandartes con los generales hispanos Budar y Besadín, luchó con éxito: doce mil enemigos cayeron, el general Budar capturado, los otros diseminados y puestos en fuga.

(34,17)

[17] Interim P. Manlius praetor exercitu uetere a Q. Minucio, cui successerat, accepto, adiuncto et Ap. Claudi Neronis ex ulteriore Hispania uetere item exercitu, in Turdetaniam proficiscitur. omnium Hispanorum maxime imbelles habentur Turdetani; freti tamen multitudine sua obuiam ierunt agmini Romano. eques immissus turbauit extemplo aciem eorum. pedestre proelium nullius ferme certaminis fuit: milites ueteres, periti hostium bellique, haud dubiam pugnam fecerunt. nec tamen ea pugna debellatum est: decem milia Celtiberum mercede Turduli conducunt alienisque armis parabant bellum. consul interim rebellione Bergistanorum ictus, ceteras quoque ciuitates ratus per occasionem idem facturas, arma omnibus cis Hiberum Hispanis adimit.

(34,17) Mientras tanto, el pretor Publio Manlio, con el veterano ejército de Quinto Minucio, a quien sucedió, recibió y añadió igualmente al veterano ejercito de Apio Claudio desde Hispania Ulterior, marchó para Turdetania. De todos los hispanos, los turdetanos eran los más ineptos para la guerra, sin embargo, confiados en su gran número, fueron al encuentro del ejército romano. La caballería fue enviada contra los agitadores, inmediatamente la tropa fue formada en orden de batalla. El combate a pie fue casi nulo en la batalla: los soldados veteranos, conocedores de las tácticas del enemigo no dejaron dudas en el combate. Aún así, aquella batalla no puso fín a la guerra. Diez mil celtíberos mercenarios y con armas extranjeras se dispusieron a la guerra. El cónsul, alarmado por la rebelión de los bergistanos, y como el resto de ciudades pensaría tener la misma oportunidad, eliminó el derecho de hacer armas a la parte de acá del Ebro.

(34,19)

[19] Difficilius bellum in Turdetania praetori P. Manlio Celti-.1 beri mercede exciti ab hostibus, sicut ante dictum est, faciebant; itaque eo consul accersitus litteris praetoris legiones duxit. ubi eo uenit, castra separatim Celtiberi et Turdetani habebant. cum Turdetanis extemplo leuia proelia incursantes in stationes eorum Romani facere semperque uictores ex quamuis temere coepto certamine abire. ad Celtiberos in conloquium tribunos militum ire consul atque iis trium condicionum electionem ferre iubet: primam, si transire ad Romanos uelint et duplex stipendium accipere quam quantum a Turdetanis pepigissent; alteram, si domos abire, publica fide accepta nihil eam rem noxiae futuram quod hostibus se Romanorum iunxissent; tertiam, si utique bellum placeat, diem locumque constituant ubi secum armis decernant. a Celtiberis dies ad consultandum petita. concilium immixtis Turdetanis habitum magno cum tumultu; eo minus decerni quicquam potuit. cum incerta bellum an pax cum Celtiberis essent, commeatus tamen haud secus quam in pace ex agris castellisque hostium Romani portabant, deni saepe munimenta eorum, uelut communi pacto commercio, priuatis indutiis ingredientes. consul ubi hostes ad pugnam elicere nequit, primum praedatum sub signis aliquot expeditas cohortes in agrum integrae regionis ducit, deinde audito Seguntiae Celtiberum omnes sarcinas impedimentaque relicta, eo pergit ducere ad oppugnandum. postquam nulla mouentur re, persoluto stipendio non suis modo sed etiam praetoris militibus relictoque omni exercitu in castris praetoris ipse cum septem cohortibus ad Hiberum est regressus.

(34,19) La difícil guerra en Turdetania del pretor Publio Manlio con los celtíberos mercenarios provocada por el enemigo, hizo que se diera la orden; por lo tanto el cónsul pidió en una carta a los pretores que condujeran las legiones. Cuando llegaron a allí, estaban separados el campamento celtíbero y el turdetano. Entonces, los turdetanos inmediatamente se animaron a hacer incursiones de combate sobre los puestos avanzados (romanos) y siempre vencieron por mucho que se empeñaran en el combate. Para los celtíberos, el cónsul envió a una conferencia a los tribunos militares y ordenó ofrecer a aquellos tres condiciones a elegir: primera, pasarse a los romanos y doblar la paga que iban a recibir de los turdetanos; otra, marcharse a sus casas bajo garantías públicas de que no sufrirían represalias futuras por haberse unido a los enemigos de los romanos, tercera, si se decidían en cualquier caso por la guerra, fijar momento y lugar donde se pudiera decidir la cuestión por las armas. Los celtíberos pidieron un día para consultarlo. Sin embargo, al votar por ella, cualquier cosa podría pasar. Si bien la cuestión de la guerra o la paz con los celtíberos existía, sin embargo los romanos se llevaban suministros de los campos y pueblos del enemigo en tiempos de paz, de las fortificaciones del enemigo, mandando a escuadrones entrar en sus trincheras, como si hubiese un pacto de comercio, una tregua tácita. El cónsul no podía inducir al enemigo a combatir, envió algunas cohortes armados a la ligera en una expedición de saqueo por los campos, bajo la norma del premio del botín, los envió por toda la región. Después de escuchar a celtiberos de Seguntia que todos los pertrechos y el equipaje se quedaron atrás, procedió al asalto. Después de que ninguno se moviese, y que el salario no pudiese pagarse incluso a los soldados del pretor, dejó todo su ejército en el castro del pretor, y con siete cohortes regresó hacia el Ebro

(34,20)

[20] Ea tam exigua manu oppida aliquot cepit. defecere ad eum Sedetani Ausetani Suessetani. Lacetanos, deuiam et siluestrem gentem, cum insita feritas continebat in armis, tum conscientia, dum consul exercitusque Turdulo bello esset occupatus, depopulatorum subitis incursionibus sociorum. igitur ad oppidum eorum oppugnandum consul ducit non Romanas modo cohortes sed iuuentutem etiam merito infensorum iis sociorum

(34,20) Por tan exiguo ataque para apoderarse de la ciudad, se ofreció para los sedetanos, ausetanos y suessetanos. Los lacetanos, gentes insensatas y salvajes, que se mantenían unidos con su insensata ferocidad por las armas, conscientes entonces de que, mientras el cónsul y su ejército estaban ocupados en la guerra de los túrdulos, devastaron con incursiones imprevistas a sus aliados. Así pues, hacia la ciudad que fue asediada por el cónsul, hizo llevar no sólo a las cohortes romanas, sino también a jóvenes guerreros que fueron a la invasión como los aliados.

Autor: Javier Jordá Sánchez

Contacto

ÉPOCA IBÉRICA, TURDAM historiaderequena@gmail.com